Ha tomado público conocimiento a través de medios de comunicación, por declaraciones de sociedades científicas y a través de recientes presentaciones en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, el retraso en la distribución a diferentes jurisdicciones de vacunas del calendario obligatorio en la República Argentina.
La Universidad Nacional de Hurlingham manifiesta su profunda preocupación por las dificultades en el sostenimiento de una política pública que lleva décadas en nuestro país y que constituye un derecho adquirido de nuestro Pueblo.
Las vacunas representan una de las principales medidas con impacto positivo en la salud pública, tal como lo determinan la Organización Mundial de la Salud y sus dependencias regionales, en particular por la disminución de las enfermedades mortales de la infancia.
Creemos que los denominados movimientos anti-vacunas, los recortes presupuestarios y la falta de una política de desarrollo científico-tecnológica, atentan contra los logros que las vacunas brinda a la humanidad. La erradicación de la viruela, primera enfermedad erradicada por la acción del ser humano, resulta en la máxima expresión de su uso. Por otra parte, las consecuencias de la discontinuidad de la vacunación contra el Sarampión traducida en brotes que afectan miles de niñas y niños, aun en países denominados centrales, pone en evidencia las consecuencias perniciosas de falta de utilización de las vacunas.
Luego de décadas por bregar en la cobertura vacunal de la población, creemos no sólo que debemos plantear una pronta resolución de la actual situación, sino considerar la producción pública de medicamentos e insumos para la salud con el objetivo de lograr la cobertura necesaria de los miembros de la comunidad, atendiendo a sus necesidades en el marco de una perspectiva de salud como derecho humano, y no como una oportunidad individual que deje argentinas y argentinos expuestos a la consecuencia de enfermedades evitables.