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En 1995, Luis Darío Calvo compartió plantel con algunas de las figuras más relevantes de la historia de Boca; ahora, a sus 47 años, es estudiante de la Universidad de Hurlingham (UNAHUR). “Tantos años en el fútbol fueron primordiales en mi decisión de estudiar Kinesiología. Es un contexto en que se está permanentemente rodeado de kinesiólogos y traumatólogos”, dice.

Tenía apenas 18 años cuando compartió entrenamientos y vestuario con Maradona, Caniggia, Palermo y Riquelme. El director técnico era Silvio Marzolini. Luego, su carrera futbolística tomó otros rumbos: pasó por Rosario Central y Banfield; jugó en Alemania, Italia, Grecia y El Salvador. Diez años después desde su estreno profesional, llegó el retiro y tuvo que buscar otras maneras de ganarse la vida. Hoy es maniobrista de la línea de colectivos 126, en los playones de Morón.

Coincidió por primera vez con Riquelme en un entrenamiento de la preselección nacional sub 18. El grupo estaba a cargo de José Pekerman. También jugó con otros de los exponentes destacados de la década del noventa: Guillermo Barros Schelotto, el “Mono” Navarro Montoya y el “Beto” Márcico, entre tantos otros. “Compartir vestuarios, entrenamientos, concentraciones, desayunos, almuerzos y charlas deja experiencia –reflexiona–. En esa época, estuve rodeado de muchos jugadores que ya tenían un recorrido importante en el deporte. Esas vivencias se van transmitiendo a los demás compañeros y eso, sin duda, me marcó mucho. Es muy lindo encontrarlos y que se acuerden de mí, que me saluden”.

En sus épocas de futbolista, las exigencias propias del deporte de élite lo habían alejado de las aulas. Sin embargo, el año pasado obtuvo su título secundario y quedó en condiciones para inscribirse en la universidad. Cuando termine el Curso de Preparación Universitaria (CPU), va a estar en condiciones de empezar la Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría de la UNAHUR. “Traté cotidianamente con las lesiones propias y las de los compañeros y estoy muy familiarizado con eso. Veo esta carrera como una nueva oportunidad para reinsertarme en el deporte”, expresa Calvo.

Quién sabe si un futuro como kinesiólogo lo pueda poner en contacto nuevamente con el fútbol profesional. ¿Por qué no imaginar para Luis Darío Calvo un nuevo capítulo en el Club de la Ribera?