El jueves 31 de agosto, la biblioteca de la Universidad Nacional de Hurlingham volvió a llenarse de profesores, estudiantes e inspectores de escuelas de la zona para presenciar el cuarto encuentro del ciclo de formación que, mes a mes, ofrece la Universidad.

En esta oportunidad, los protagonistas fueron el Mg. Gustavo Galli, la Dra. Ana Arias y el Lic. Alejandro Vagnenkos, quienes disertaron sobre problemáticas y desafíos a la hora de conducir una escuela secundaria en la actualidad. Antes de dar inicio a la charla, el panel hizo público su pedido por la aparición con vida de Santiago Maldonado.

“Muchos de los que se están formando aquí, van a ser docentes de este nivel por lo que nos parece fundamental dar una discusión de una escuela secundaria que viene transformándose y va a seguir transformándose” señaló Gabriel Brener, coordinador del ciclo junto a Marcela Martínez. Y agregó que uno de los objetivos de la jornada sería adentrarse en lo “que significa conducir una escuela secundaria en esta época, en las condiciones complejas de esta época”, sabiendo que la escuela es una creación de otro momento histórico y  que desafía “el contexto de esta”.

Galli: “Conducir la escuela es un acto político”

El primero de los expositores en tomar el micrófono fue Gustavo Galli, quien comentó que en “El malestar en la cultura” Freud establece tres imposibles: imposibilidad de gobernarlo todo, de psicoanalizarlo todo y de educar todo. “Educar es una tarea imposible. Ahora, cuando hablamos de conducir una escuela, estamos hablando no de una sino de dos de esos tres (imposibles)” señaló.

Más tarde, Galli resaltó que a una escuela no se la “gestiona” ni se la “tramita” ni se la “gerencia”, sino que se la “gobierna”. Explicó esta diferencia señalando que “gobernar una escuela –siempre junto con otros- es recuperar la politicidad de ese acto” y que en esta coyuntura en la que “se pone gravemente en discusión la naturaleza política de la educación, como si fuese posible educar en la neutralidad, como si el propio pensar la neutralidad no fuese en sí mismo una ideología, tenemos que pensar que la escuela se gobierna porque no es un ejercicio neutral. Y gobernar es tomar decisiones y gobernar es elegir, permanentemente, qué decisiones se toman. Por eso, porque elegimos, porque optamos, porque tomamos posición, conducir una escuela es un acto político”.

Más adelante, el ex director de la secundaria Lasalle de González Catán invitó a los asistentes a “ampliar el campo de lo posible en la escuela”. Lo hizo citando al pedagogo Estanislao Antelo y su pregunta: “¿Qué no es posible que suceda hoy en una escuela?”. Pensando en lo que no es posible, abordamos de forma más o menos directa también lo que sí es posible. Entonces, “¿qué es posible cambiar hoy en una escuela?” preguntó Galli y respondió: “Una forma es pensar: hoy en esta escuela, con estos pibes, no se trata solo de estar preparados sino también estar disponibles. Pensar la conducción de la escuela desde disponibilidad en vez de preparación es ampliar el campo de lo posible. Para sortear al sistema burocrático y construir otra escuela que creemos que es posible, hay que estar, permanentemente, detectando las grietas del sistema, hay que estar viendo qué no está prohibido y si no está prohibido, está permitido”. Y aclaró que por eso “conducir una escuela es tensionar lo posible (…) Hay que estar permanentemente tensionando aquellas cosas que creemos que no se pueden cambiar porque suponemos que el sistema no permite cambiarlas. Encontrar grietas, encontrar, esos intersticios es, justamente, poder pensar en la intervención, en la posibilidad de no mirar sino intervenir en los problemas. Intervenir es estar entre, estar entre dos o más. Estar ahí en el medio es posible si descubrimos que hay un espacio, un hueco, un medio y si estamos ahí es que nos estamos metiendo entre lo establecido y lo que podemos transformar, lo que siempre se hizo y lo que podemos hacer”.

Arias: “El territorio es el lugar desde el que uno piensa ese gran otro”

Luego fue el turno de Ana Arias, quien se explayó sobre nociones de territorio y su cruza con los derechos de nuestros jóvenes. “Pensar el territorio es una pregunta sobre el adentro y el afuera de la escuela, que nos puede ayudar a tensionar esta idea del adentro y del afuera. Y para pensar el tema de lo territorial hay que pensar ¿qué es lo territorial? O ¿por qué la escuela no es territorial? O ¿lo es?” se preguntó y amplió la consulta “¿la economía es territorial? ¿la educación es territorial? Y…depende cómo se conciba la definición de territorio, depende de cómo vos construyas el mapa” explicó. “¿Qué es el territorio?” preguntó y expresó “es el lugar desde el que uno piensa –también desde la escuela-ese gran otro. Por eso pensar en el territorio es pensar también la frontera, el encuentro con este gran otro”. Y añadió que “la idea de territorio viene de una metáfora bélica. En la guerra es el espacio que yo controlo frente al enemigo”.

“Pensar en perspectiva de Derecho tiene para pensar en la idea de lo territorial algo importante” señaló la Dra. En Ciencias Sociales: “hay una forma de pensar los Derechos como habilitaciones al derecho al consumo, que piensa que tener Derechos sociales es poder consumir o cosas o servicios pero culturamente somos más ambiciosos quienes pensamos en perspectiva de Derecho. Nosotros pensamos no sólo en acceder a cosas sino también acceder a lugares, para nosotros los derechos son habilitaciones a proyectos. Implica mover o poner en tensión lo que está adentro con lo que está afuera, mover el límite y esto es complicado porque cuando hay restricciones y disputa de sentido la principal reacción es alambrarnos en nuestras instituciones”. Arias resaltó que esto genera una situación extraña en la que  varios comparten una misma circunstancia pero “todo el mundo cree que está sólo”, generando así una “sensación de soledad que hace que uno se atrinchere en su propia identidad y creo que Lewkowicz decía que para poder avanzar, para poder abordar, para poder problematizar, hace falta poder negociar identidad, mover la barrera del territorio, rearmar el mapa y así poder rearmar escuela”.

Película y debate

Sobre el cierre, Alejandro Vagnenkos presentó un fragmento de “El día de la falda“, película sobre Sonia, una docente francesa “que quiere enseñar y no puede, no sabe cómo”. El film “no provoca alivio” advirtió Vagnenkos, pero invita a la reflexión y el debate ya que, en un momento, la protagonista –abrumada por un curso donde los estudiantes la agreden y maltratan- toma una pistola de la mochila de uno de sus alumnos y estallan los conflictos.

Al finalizar la proyección, Gabriel Brener aportó dos preguntas “¿Qué está reemplazando ese arma?” y “¿Por qué con ese arma pareciese que estuviese encontrando un modo de obtener obediencia o ejerciendo autoridad?” que funcionaron como disparadores para la discusión y el intercambio final con los presentes.

@AAUNAHUR


Restan aún dos encuentros del ciclo “La escuela secundaria en la Argentina contemporánea”. El próximo se llevará a cabo el martes 19 de septiembre a las 18hs en la biblioteca de la sede Origone de UNAHUR.

*Publicado originalmente en Aula Abierta-UNAHUR